La comida que consumimos día tras día es un reflejo de lo que nos gusta y lo que no dentro del panorama de la alimentación. Muchas veces, y particularmente la juventud, tiende a valorar en menor medida la comida tradicional (con alimentos extraídos directamente de campos y huertas) en comparación a las comidas más contemporáneas, las cuales también provienen de la tierra, pero muchas veces están procesados o con sustancias añadidas que alteran el valor original que tenía ese producto en cuestión.
Por ello, en esta pequeña entrada, veremos algunos de los beneficios que tiene consumir este tipo de productos que no pasan por ninguna fábrica, y van directamente de la tierra al plato:
- Proporcionan una dieta equilibrada. El consumo de estos alimentos producen dentro de nuestro cuerpo la misma sensación que muchos procesados, mejorando en muchas ocasiones nuestra salud y bienestar en general.
- Beneficia al medio ambiente. Está demostrado científicamente que el que una dieta tenga verduras, frutas, hortalizas, cereales o legumbres tiene un menor impacto sobre el medio ambiente que si las obviamos dentro de nuestro día a día y solo nos basaremos en una de origen animal.
- Apoyas al comercio local. En concreto, si esos alimentos vienen directamente del mismo artesano que los ha recogido, todavía mejor. Al realizar este tipo de compras, aportas beneficio a un vendedor común, el cual conoces, y no a una empresa más grande llena de completos desconocidos.
Aún habiendo muchas más alternativas, el llevar una dieta equilibrada siempre será mejor que el hecho de obviar este tipo de alimentos, tanto para nuestra salud como para nuestro bolsillo.
